Como había escrito antes, el primero de mayo se realizó un
boicot por parte de los mexicanos que viven en los
Estados Unidos para que se les reconozcan sus derechos al trabajo, a servicios médicos y a la educación de sus hijos y han pedido la solidaridad de los mexicanos para no comprar ni consumir productos o servicios producidos en los
Estados Unidos, y es la razón por la que escribo esto hasta el día de hoy (
obviamente no usé la computadora ni entré a Internet el lunes).
Los últimos dos días he leídos mucho sobre las acciones, reacciones, el apoyo y el desprecio a esta propuesta:
que si no sirve para nada, que si los que salieron de México dejaron de ser mexicanos, que es absurda, etc, etc...
Por mi parte creo que
se trató de hacer una demostración, una señal por un lado de que los mexicanos somos unidos y que aún conservamos nuestra identidad como nación y como pueblo, independientemente de donde estamos geográficamente; y por otra parte de que los Estados Unidos es tan dependiente de México como México de ellos.Por mi parte decidí solidarizarme tomando la situación por el lado amable y pensé que si iba a aislarme de los productos y servicios
gringos entonces intentaría disfrutar lo más que pudiera lo que tenemos en nuestro país. Muy temprano salí con
Ren (
mi esposa) hacia
Toluca y estuvimos hasta el mediodía puebleando, comimos
barbacoa en un mercado y paseamos por la zona. De regreso a la ciudad de México, fuimos a un parque, nos comimos unas
tortas con refrescos hechos en México como
Boing y
Jarrito. De regreso en casa preparamos café que nos regalaron de
Chiapas.
El resultado fue muy satisfactorio:
muchos mexicanos vivimos en una burbuja donde lo extranjero es 'mejor' y lo nacional es 'gacho' cuando en realidad México tiene mucho que ofrecernos. Deberíamos tomarnos más oportunidades para apreciar lo que nuestro país tiene para nosotros, como de la misma forma debemos apreciar lo que viene de fuera.
