miércoles, enero 12, 2011

Cerrando ciclos: adiós a Microsoft

En diciembre de 2006 recibí una críptica llamada telefónica para que fuera a una entrevista de trabajo para un puesto relacionado con algo llamado "Experiencia de Usuario". Un par de llamadas más tarde me enteré que el puesto era para Microsoft México, lo cual me pareció realmente extraño, ya que en esos años (que recuerdo con cariño como "mis años en Webmasters México") yo solía hablar sobre Open Source y empezaba a hablar sobre las nacientes APIs de Google para programadores. La verdad yo pensaba que era muy improbable que Microsoft quisiera contratarme después de que en repetidas ocasiones yo había criticado fuertemente y en público la propuesta tecnológica de la empresa de Redmond (cuando le conté a mi esposa ella se rió como media hora de mí).

La propuesta sin embargo era en serio: un puesto nuevo y recién creado para una iniciativa nueva para Microsoft en un grupo nuevo a nivel mundial que involucraba diseño, usabilidad, accesibilidad y un montón de cosas que yo siempre había hecho de una forma o de otra. Cuando me comentaron que mi trabajo consistiría en hacer presentaciones, aprender nuevas tecnologías y enseñar a otros a usarlas me quedé con la duda de cuál sería el trabajo realmente... ¡todo eso lo hacía de cualquier manera!

Así fue como en 2007 empecé -contra todo pronóstico- a trabajar en Microsoft México como 12vo User Experience Evangelist a nivel mundial y el único en latinoamérica en ese entonces, siendo responsable o co-responsable de algunas tecnologías de Microsoft como son Silverlight, Expression Studio, Windows Live, Internet Explorer, Windows Phone y buena parte de la plataforma web de la empresa.

Después de 4 años y por motivos personales esta semana dejo mi puesto en Microsoft México.

Para mi han sido cuatro años llenos de satisfacciones en los cuales tuve la oportunidad de trabajar y colaborar lado a lado con lo mejor de la industria Web de México y en la cuales juntos logramos grandes metas que han beneficiado la innovación tecnológica en nuestro país y nuestra comunidad. Me llevo momentos y experiencias extraordinarias, como el ReMIX '07 o el lanzamiento de Expression Around the Clock, por mencionar sólo un par. Poder trabajar con el equipo mundial de User Experience de Microsoft ha sido una de las vivencias más enriquecedoras que he tenido.

¿Por qué dejo Microsoft? Sencillamente por que ya era tiempo de hacerlo. El mundo de la tecnología cambia mucho y muy rápido y considerándome a mí mismo un Activista Tecnológico ya necesitaba un cambio de aires, tanto en visión como en acción.

En mi caso, seguiré trabajando en temas de Web, movilidad y experiencia de usuario en México y no planeo alejarme mucho del mundo Microsoft, y ya tengo algunas cosas planeadas para los siguientes meses en la línea de UX.

Me llevo de Microsoft buenos recuerdos, experiencias y buenos amigos en todas partes del mundo. Gracias de nuevo a todos por todo su apoyo y confianza.

Seguimos en contacto.

lunes, enero 25, 2010

Ser geek

El término geek, desde que recuerdo, era normalmente utilizado como un insulto. De hecho yo no sabía que yo mismo era un geek hasta que alguien me llamó así (en un obvio intento de insulto, claro). Pero, ¿qué carambas es un geek?

Hace poco más de 100 años se llamaba geeks a ciertos individuos que servían como teloneros en circos en los que se exhibían personas con deformidades (la mujer barbuda, el niño de dos cabezas, etc.) y su acto consistía en que, a pesar de ser una persona aparentemente normal, el tipo tomaba a una gallina o un pollo y de una mordida les arrancaba la cabeza para comérsela. El término geek lo usarían más tarde en la década de 1960 por alumnos del MIT en Estados Unidos para burlarse de los estudiantes de ciencias de la computación que pasaban días enteros frente a sus mainframes y que aparentemente se alimentaban de los insectos que salían de los gabinetes.

El término ha cambiado mucho desde entonces. De la Wikipedia:

  • La palabra geek es una referencia despectiva a una persona obsesionado con búsquedas intelectual por su propio bien, que también es deficiente en la mayor parte de los otros atributos humanos para perjudicar el buen funcionamiento de la persona en la sociedad.

  • Es una persona que está interesada en la tecnología, especialmente en informática y nuevos medios de comunicación. Los geeks son expertos con equipos y utilizan el término hacker en forma positiva, aunque no todos son piratas informáticos.

  • Una persona que se refiere a temas académicos al mundo real fuera de estudios académicos; por ejemplo, utilizando multivariante de cálculo para determinar cómo deben optimizar correctamente las dimensiones de una sartén para hornear un pastel.

  • Una persona que ha elegido la concentración en lugar de conformidad; quien persigue apasionadamente habilidad (habilidad técnica especialmente) y la imaginación, la aceptación social no convencional.

Personalmente me gusta más la última definición...

En estos tiempos de la Aldea Global y de Tribus Urbanas es normal que el sentimiento de pertenencia se arraigue en algunas personas poniéndose o poniendo etiquetas según su estilo de vida. Muchas personas entienden por geek a un cuate (rara vez una chava) que sólo habla de cosas con bits y bytes, que se viste con playeras estampadas con referencias raras y que anda para todos lados con los ojos clavados en su laptop y/o su iPhone porque toda su vida está ahi. Los estereotipos del geek van desde imágenes de inadaptados hasta los personajes de la serie de televisión The Big Bang Teory.

Por otro lado es curioso que para muchos es casi una cuestión de honor ser llamado o autollamarse geek, como hace 10 años pasó con el término hacker. sintiéndose gurús sobre algún tema de moda o redentores de la era digital. Muchos autodenominados "geeks" se refieren a otros como "personas normales" ¡como si fuera un insulto!

Curioso y más curioso...

Geek o no geek, las personas somos personas... y ya. Tenemos gustos, preferencias, afinidades y cosas que son únicas en cada uno y que podemos compartir con otros sin necesidad de etiquetas ya que todos somos individuos únicos y diferentes. Si los llaman algo, déjenlos, eso no los define en ningún modo. Si sienten el impulso de llamarse algo para hacerse más interesantes... bueno, cada quien.

viernes, enero 15, 2010

jueves, enero 14, 2010

Sobre Conversación-ES

Conversación-ES es un proyecto que nace inspirado en la serie de libros The Age of Conversation editados y publicados por Drew Mclellan y Gavin Heaton.

Este año, motivados a impulsar la colaboración entre blogeros y autores de habla hispana, Efraín Mendicuti, Engel Fonseca y Rafaél Jiménez se han reunido para invitar a a 100 blogeros que estén interesados en participar.

El pasado 22 de diciembre de 2009 en el evento de Neurona Digital Fest (básicamente un evento donde se transmitió el programa de Neurona Digital con audiencia en vivo) Efraín, Engel y un servidor realizamos el anuncio y se lanzó el blog del proyecto con la convocatoria para que otros entusiastas puedan sumarse al proyecto.

Desde el 22 de diciembre y hasta el 25 de enero cualquiera que desee colaborar podra registrarse como co-autor / colaborador del libro. Solo hay que llenar la forma de registro en la que también podrás elegir la sección para la que quieres escribir: Social Media, Creatividad en línea, Personal Branding, Integración del marketing mix ó PYMES en Internet.

Yo ya estoy incluido en el proyecto como colaborador y podrán ver publicado en unos meses un artículo mío sobre Innovación Tecnológica en el tema de Creatividad en Línea.

Conversación-ES, por cierto, es un proyecto sin fines de lucro y las utilidades generadas de la venta o distribución del libro serán donadas a alguna causa social definida por los mismos autores o colaboradores del libro. Si tienen algo que decir, ahora es cuando.

miércoles, enero 13, 2010

¿La tecnología importa?

Hace poco y casi por accidente -o sea, jugando con mi Kindle- encontré el libro "Does IT Matter?", un libro sobre tecnología escrito por un economista, Nicholas G. Carr, y que nació como un artículo en la revista Business Harvard Business Review en un ejemplar de 2003. Este libro habla acerca de cómo la tecnología -cualquier tecnología, desde la electricidad o la Web- se vuelve irrelevante como ventaja competitiva para las empresas, gobiernos o corporaciones mientras se vuelve más popular y de fácil acceso. Carr sostiene que esta historia de la tecnología en los negocios se ha repetido una y otra vez desde la Revolución industrial con los trenes, el telégrafo, el teléfono, la radio y la televisión y que innevitablemente se repetirá en nuestros días con las PCs, la Web, el Internet y otros adelantos tecnológicos de nuestros días.

La postura de Carr es muy interesante para mí precisamente porque él no ve la tecnología y su desarrollo como la vemos los tecnólogos (¿tecnófilos?): como un desfile interminable de novedades y adaptaciones que nunca tendrá fin, y cómo los adelantos tecnológicos harán libres y felices a la humanidad en los años por venir. Por el contrario, su visión hacia es que, si bien en su inicio estos adelantos e invenciones sí representan una ventaja para los negocios que pueden costearlo (porque todo cuando empieza suele ser muy caro y tiene riesgos altos) a la larga esta ventaja se desvanece cuando la competencia tiene acceso a versiones refinadas de la tecnología original a precios más bajos y en modelos probados previamente por los entusiastas tecnológicos. Bajo este razonamiento es entonces crítico para las compañías cuyo negocio principal no es la tecnología escoger cuidadosamente sus inversiones tecnológicas y no dejarse llevar por las modas o por los geeks de tecnología, y hacerse a la idea de que la tecnología, que sí es buena cuando se aplica de manera responsable en un negocio ahorrando gastos y aumentando la eficiencia y la productividad, no es un milagro que por si sola rescata empresas y negocios.

Al final Carr predice que dentro de poco llegaremos a un punto en que empresas y particulares adquiriremos la tecnología que necesitamos como un servicio que se paga por cuotas de consumo, de manera no muy diferente a la que hoy pagamos por la electricidad, el agua potable, la televisión por cable o el gas, sin importar de dónde venga o quien la sostenga.

El libro ha sido duramente criticado por los directores de las grandes empresas de tecnología y por entusiastas tecnológicos en todas partes pero ha encontrado apoyo y simpatizantes con personas de negocio, mercadotécnia y ventas en las empresas.

En mi caso tuve que leer el libro dejando de lado muchas ideas preconcebidas sobre la tecnología y quede profundamente impactado por el mensaje del libro, porque creo que en el fondo no está tan equivocado: algunas tendencias como la automatizacion de los procesos de diseño y desarrollo de software, la estandarización de plataformas y protocolos para hacer que sistemas heterogéneos convivan, la facilidad en la Web 2.0 para que usuarios no técnicos generen sus propios contenidos y sobre todo, la nueva plataforma de Cloud Computing se ajustan muy bien a las predicciones de Carr, aunque tampoco creo que sea 100% acertado en todas sus aceveraciones, particularmente en vista del éxito económico de empresas basadas puramente en tecnologia como modelo de negocio como Microsoft, Google o Dell.

Este libro es un virus: si lo lees ya no verás el mundo tecnológico de la misma forma. Recomiendo leerlo con calma y con mente abierta para sacar conclusiones propias, especialmente si te dedicas a tecnologías de información o a algo relacionado con ellas.

martes, enero 12, 2010

Libros y eLibros

Un monton de librosCualquier persona que me conozca sabe que entre mis vicios tengo una enorme afición (¿adicción?) por la lectura: siempre estoy buscando el siguiente buen libro mientras cargo a todos lados con mi última adquisición. Dejarme sólo en una librería es un serio atentado contra mi economía. En serio.

El año pasado con la llegada de Ana Lucía mi estudio en el que tenía mis computadoras, mi taller, mis fuguras de acción y, claro, mis libros, tuvo que salir para convertirse en el cuarto de la niña, y gran parte sigue en cajas regadas por toda la casa. No me quejo por perder mi estudio (en realidad lo que necesito es otro cuarto o una casa más grande), pero el hecho si evidenció algo: tengo demasiados libros.

Lo que siguió fue una depuración de la bibioteca, y encontré varios libros -especialmente técnicos- que tenía poco sentido seguir conservando por ser libros temporales, desactualizados o simplemente anacrónicos. Lo mismo pasó con montones de revistas y recortes de periódicos. Y aún me hace falta espacio.

Amazon Kindle, un ejemplo de eBook readerToda esta situación me llevó desde hace un año -siguiendo lo que hice con mi música hace varios años- a empezar a experimentar con dispositivos para libros digitales, desde equipo portátil hasta dispositivos dedicados, como el eBook Reader de Sony y más recientemente el Kindle de Amazon (aunque ya había sido poseedor de un Apple Newton hace algunos años). La experiencia en leer en un aparato todavía se siente extraña y terriblemente diferente a un libro impreso en papel: se extrañan cosas como el peso, el aroma, la ilustraciones a color, los libros de gran formato... pero se ganan muchas, como la capacidad de búsqueda y de texto-a-voz, la portabilidad y sobre todo, la capacidad de almacenamiento.

Esto no significa que los libros impresos desaparecerán como muchos pronostican: yo he decidido dejar en mi Kindle libros técnicos y para trabajo y mantener en mi biblioteca los libros de arte, ilustración y mis novelas, porque cada una se disfruta de manera diferente.

A partir de este año podremos ver un boom para dispositivos electrónicos de lectura más o menos igual que el boom que tuvieron las PDAs hace 10 años, con una oferta cada más grande y cada dispositivo con nuevas y sorprendentes características, lo cual es muy bueno para promover e incentivar la lectura (y la cultura en general) y también que es más amigable al ambiente.

Conforme pase el tiempo veremos más contenido para estos dispositivos más allá de sólo libros, sino también revistas, periódicos, comics y cualquier otra forma de literatura, incluyendo -espero- hasta los menués de los restaurantes o los boletines de la colonia. De la misma forma los autores se darán cuenta que ya no están limitados a texto e imágenes estáticos y que podrán incluir como ya se hace en el hipertexto links, animación, audio, video e interactividad, lo que los llevará a repensar la forma en que se escriben y se leen los libros y toda la literatura en general.