La semana pasada la Casa de Representantes en los Estados Unidos aprobó en una votación de 269 a 152 votos la estrategia de las compañías de telecomunicaciones para crear una Internet dividida: una de acceso de alta velocidad con priorización de tráfico bajo pago y otra de lento acceso para quien no pueda o quiera pagar el servicio de la primera.
Esta medida solo favorece a un lado de la ecuación: a las empresas de telecomunicaciones. Es difícil ver cómo la validación por parte del gobierno norteamericano beneficia a los usuarios finales, a las empresas basadas en Internet en EUA o en cualquier otro lado, además de que sienta un precedente muy peligroso para la tecnología, similar al de las patentes de software.
Al aumentar sus precios los intermediarios los productos finales se encarecen y quien acaba pagando es el usuario final. De la misma manera un emprendedor está a la merced de los competidores con más dinero para llegar a su público.
¿Qué es lo que sigue? Seguramente los gigantes informáticos -IBM, Microsoft, Google- empezarán a crear sus propias redes para llegar a sus usuarios y muy posiblemente empezarán a mover sus servidores fuera de los EUA. Los emprendedores intentarán moverse fuera de esta jaula de cristal hacia mercados emergentes y finalmente el gobierno norteamericano entrará en razón y dará -esperemos- reversa a esta increíblemente absurda decisión.
En México ya sabemos lo que se siente estar bajo el yugo de una compañía de telecomunicaciones: no hay otras opciones y uno debe de aguantar un servicio de mala calidad y muy caro que además claramente manipula al gobierno. Las empresas que han intentado entrar en este mercado han salido muy mal y es difícil que a mediano plazo las cosas puedan cambiar. ¿Es lo que queremos para la web?
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