lunes, noviembre 15, 2004

La ciencia al servicio de la maldad - parte III

La modernidad es algo que puede ser muy dañino a los instintos del ser humano. Conozco a pocas personas que sean capaces de sobrevivir, digamos, en la selva o en el bosque sin comodidades modernas como aire acondicionado, estufa de gas o un refrigerador lleno de comida. El avance tecnológico ha reemplazado la habilidad de cazadores-recolectores que heredamos de nuestros ancestros cavernícolas por la capacidad de comer, beber y ver la TV sentados al mismo tiempo.

Vaya salto evolutivo, ¿eh? Pero esta es una de las principales razones por las que la ciencia es universalmente aceptada: nos ayuda a tener una vida más cómoda y longeva.

Desgraciadamente la ciencia no es cabalmente comprendida por el grueso de la gente ni siquiera en su más mínima expresión, el sentido común: para la mayoría de la población mundial la ciencia es como magia, misteriosa y sorprendente, aunque con la diferencia de que es accesible para todos y no unos cuantos iniciados. Aun así, son raros los que se toman la molestia de investigar cuál es la ciencia que hay detrás de los productos que utilizan en su casa o trabajo.

Esta decidia genera un gran campo de oportunidad para que los estafadores puedan engatuzar gente ignorante y floja. Hace algunas semanas comentaba sobre los chochitos anticometa que polularon en todo el mundo durante la visita del cometa Halley en 1910. Entonces el argumento era que la cola del cometa iba a tocar la atmósfera terrestre y la iba a envenenar. Algo que puede sonar tan risible hoy generó una fortuna para los oportunistas que vendieron carretas de pildoras de azucar comprimida como antídoto. Lo más triste es que es una situación que se sigue repitiendo en nuestros días, en pleno siglo XXI.

Hace unos meses se prohibió en Europa la publicidad de Genoma Labs, una firma de laboratorios que ofrece productos para curar las varices, la hipertensión, la osteoporosis, la impotencia y muchas otras enfermedades modernas fabricados con compuestos naturales. ¿La causa? Publicidad engañosa. Genoma Labs anunciaba sus productos como medicamentos con pruebas de laboratorio cuando fiscalmente está registrada como una productora de complementos alimenticios. Incluso su sitio de Internet se encuentra saturado con fotografías de viejitos en batas blancas y leyendas que rezan "fundamentos científicos" y cosas similares. Las empresas farmaceúticas europeas montaron una campaña para que Genoma Labs se retirara de las farmacias y de los medios masivos porque al pretender que sus productos son medicina ponen en peligro la vida de las personas que los consumen.

Afortunadamente esta campaña se está extendiendo a nivel mundial y en algunos estados de México ya se ha ordenado que se retiren no solo los productos de Genoma Labs, sino también otros productos engaña-bobos como Proactive, Redugrass Acelerado, Gelatine, Sin Hambre, Liberty 28, Natural, Asepxia, Cicatricure, Nikzon y X-Ray. Un caso muy particular es Vioxx, que supuestamente sirve para atacar la artritis, pero que contiene anabólicos y lo convierte en un riesgo para la salud de quien lo toma.

Pero esto no resuelve el problema: la televisión se encuentra saturada con comerciales de StarDiet, Siluette 40 y muchos otros productos similares donde muestran gente bonita en bikini ofreciendo testimonios 'reales' de que sus productos se encuentran 'científicamente comprobados' pero nunca dan referencias de estos estudios. En serio, ¿quién puede creer usando un jabón o tomando un té se pueden bajar 10 kilos en 2 días? ¿Qué instituto o que pruebas avalan estos productos? La respuesta es sencilla: ninguno, pero como son 'suplementos alimenticios' estos se pueden vender en cualquier lugar, desde un Oxxo hasta una farmacia, sin ningún tipo de control, receta ni consulta médica.

Esta culpa también la comparten las farmacias de medicinas similares, que tanto escándalo han causado en México por sus nexos con el Partido Verde Ecologísta y que vende 'medicinas' más baratas, pero con concentraciones de sustancias activas en ocasiones hasta 15 veces menores que las recomendadas por la Secretarìa de Salud. Si es 'similar' quiere decir que se parece, pero que no es medicina, pero la gente lo compra igual porque 'todo está cientifica o médicamente comprobado en pruebas de laboratorio', y además, es más barato.

Lo peor de este asunto es que la gente que compra estos productos se cree su publicidad, y piensa que realmente puede quitarse las varices untándose
crema de castaña de indias en las piernas, o que puede bajar 50 kilos en un mes mientras ve televisión sin necesidad de hacer dieta o sin sufrir descompensación para convertirse en modelo o actriz, o que puede curarse de cualquier enfermedad automedicándose placebos. La mercadotécnia descarada y la ignorancia pública juntas han probado ser una combinación mortal donde la gente pobre muere mientras le entrega su dinero a compañías que producen basura.

El principio de las ciencias, de cualquier ciencia, es la duda. Debemos interrogarnos nosotros mismos y a nuestro entorno a través de hipótesis, teorías y experimentación sin dar nada por sentado o absoluto, sin fanatismos, dogmas ni falsas esperanzas.

Sir Isac Newton dijo con respecto a la ciencia y a sus propios hallazgos: "
He sido un niño pequeño que, jugando en la playa, encontraba de tarde en tarde un guijarro más fino o una concha más bonita de lo normal. El océano de la verdad se extendía, inexplorado, delante de mi". Saquemos la cabeza de la arena y exploremos. Aún hay mucho por descubrir.

Fin

2 comentarios:

Mebarak dijo...

Esto me recuerda a los pequeños comercios en su mayoría ambulantes que venden remedios naturistas, lo más carácteristico que como los merolicos de antaño mencionan las cualidades "milagrosas" de sus productos, pero en esta ocación con una grabación. Casualmente en todos los establecimientos es la misma voz, una vos semi gangoza, mencionando (exagerando) problemas de salud, y en contraparte el "maravilloso" remedio a multiples males, las "capsulas de haceite de caguama" o sus "capsulas de mar", nada mas de oir la voz de ese señor me da risa, pero luego se convierte en tristeza al ver como la gente compra con fé esos frasquitos de tlapalería con etiqueta a dos tintas negro con doradito.

Mytho dijo...

Trabajo en una agencia de Casting.

Y resulta risible ver como de repente llega la directora de casting, y nos comenta: "Vamos a buscar en el Stock gente de tales características pues nos cayó Silouette 40",,, o peor aun!: NEcesitamos personas que tengan parecido a un hindú, o un lama, etc, pues estamos por hacer el infomercial para la linea psíquica,,, ¬¬

Y da risa de repente, ver el infomercial donde una conductora nos presenta a los hermanos ascendidos del Tibet,,, y cuando nos presentan al herm,ano Phillip, de no se de donde diablos y le veo, y se que se llama Gustavo Martinez, no dejo de maravillarme de la cantidad enorme de personas que creen a pies juntillas esas barbaridades.

y siguen engrosando las arcas de esas "instituciones" que se dedican a vender fraudes.