Si tenemos en cuenta que la COFETEL no está haciendo precisamente un excelente trabajo sobre la legislación en telecomunicaciones en nuestro país, como se puede recordar de casos como el proyecto e-México, la falta de interoperabilidad entre compañías celulares, la indiferencia hacia el monopolio de Telmex y más recientemente, la mentada "Ley Televisa", uno no puede sino ver esta iniciativa con perspicacia.
Los resultados al día de hoy están así:
El Internet y la Web fueron diseñados de origen para ser medios horizontales, democráticos y meritocráticos. Si bien requieren cierta administración y regulación hasta ahora no se ha necesitado que los gobiernos se metan a administrar nada. Si el gobierno empieza a meterse en la red se podrían generar algunas cosas desagradables, como que se tuviera que pagar impuesto por navegar o enviar correos, tener que gestionar el registro de dominios con una entidad del gobierno (¡no, por Dios, no!), sin dejar de lado cuestiones muy delicadas como privacidad o censura en las que los gobiernos en general han demostrado históricamente ser bastante torpes.
La pregunta interesante es: si el gobierno regula el Internet, ¿quién se beneficia de ello?
Algo en que pensar.
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