Durante el funeral de mi suegro una de las primeras cosas que nos preguntaban los que iban llegando era "¿ya comiste?" o "¿quieres que te traiga algo de comer?".
Seguramente no es un secreto pero lo voy a decir de todas maneras: los mexicanos guardamos una relación muy sentimental, por no decir religiosa, con la comida.
Por acá todo see festeja o se cierra con una comida: desde el día de reyes hasta el Año Nuevo, pasando por cumpleaños, santos, el día de San Valentín, el día de las Madres, el aniversario de la empresa, de bodas o de lo que sea. La mayoría de los tratos de negocios empiezan en los cafés y se cierran en los restaurantes. Hay comilonas famosas como, por ejemplo, la que se hace cada año el 25 de diciembre en casa de mi madre con la pierna de cerdo a la pimienta que solo prepara ese día (y que un montón de gente esperamos con ansia desde el 26 de diciembre de cada año).
Reflexiono sobre esto porque la comida -especialmente la buena comida y sobre todo la que se prepara en México- es muy apapachadora y consentidora: no importa si el día fue largo o difícil, si hace mucho frío o calor o si estamos casados, la hora de la comida siempre es cuando estamos con nuestros seres queridos compartiendo y disfrutando sin prisas, como debe ser.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo. Aún con el ritmo de vida de enajenados que llevamos todos siempre es grato sentarse a tomar un buen bocado con la gente que queremos. Para eso los mexicanos nos pintamos solos.
Como olvidar esas comilonas en casa de tu mamá...
Falta poco.. jeje.
Saludos!!!
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