miércoles, agosto 16, 2006

¡Pánico (no hay Internet)!

Efectivamente: el lugar en el que trabajo actualmente se quedó sin salida a Internet (o como dice la gente "no hay Internet" de la misma forma que "no hay agua" o "no hay luz") durante todo el día.

Es curioso ver las reacciones sobre este asunto: hace apenas algunos años el acceso a Internet era para las empresas algo casi superfluo y según algunos, hasta de lujo. Se usaba para revisar correos electrónicos, bajar catálogos y para ver alguna que otra página o sitio Web para consultar información. Casi todo estaba en aplicaciones en la PC del trabajo o en algunas empresas con visión tecnológica en la red local de la empresa.

Estos días la situación es diferente: las empresas tienen en Internet o en algún servicio Web información de negocios como cotizaciones, bases de datos de clientes, contactos y proveedores, aplicaciones Web para captura y/o consulta de datos, mensajes de correo electrónico, mensajería instantánea, teléfonos y servicios de voz sobre IP, etcétera, etcétera, etcétera...

¿Ven por qué el pánico? Estos días las empresas, queriendo o sin querer, han cambiado sus métodos de negocio y comunicación y han entrado en un nuevo paradigma de datos distribuidos y montados sobre la base de Internet. Si de repente se van los servicios (que muchas veces se dan por sentados) surgen complicaciones que nadie creería.

LLevándolo un poco más allá, hay que recordar que en el mundo de hoy existen empresas -como Yahoo!, Google y un enorme montón más- que su negocio, sus productos y sus servicios están completamente basados en Internet. ¿Qué sería de ellas si nadie puede acceder a sus servicios?

Finalmente al final del día, el heróico (¿ahora si, verdad?) equipo de asistencia técnica del área de informática logró reestablecer el servicio y todo volvió a la normalidad (o lo que pasa por normal acá), pero estoy seguro que en más de una cabeza se cruzó el pensamiento de ¿qué pasaría si nos quedaramos sin Internet de repente? Y es algo que puede pasar de repente y sin previo aviso, por algo tan sencillo como que "no hay luz".

En mi caso, desde hace varios años trabajo como webmaster. ¿A qué me dedicaría si no hay Internet?

Algo para cavilar en los próximos días.

3 comentarios:

Gerardo P. Taber dijo...

Entiendo perfectamente, yo hace algunos años podía vivir sin más que un archivo de imagen y un archivo de texto en mi computadora; ahora NESECITO INTERNTET para poder trabajar y eso que yo me dedico a las piedras viejas, tal vez lo que hay que preguntarse es: ¿Como solucionar el problema de tener acceso internet, no importando el hardware o el software? No se, tal vez tener un equipo de simios para que cuando "se valla la luz" la den la vuelta a una manivela de un generador.

Anónimo dijo...

Hola Fate.. pues pasé a visitar tu blog, esta entrada me sugiere recordar que hace algunos años cuando trabajaba en los medios de comunicación el acceso a internet para los editorialistas, reporteros, etc etc, era practicamente nulo, no sólo porque no sabían como manejarlo, sino porque las mismas empresas reservaban esta tecnología a "empleados especiales".

El internet lo ha cambiado, todas las empresas necesitan acercar a su gente al internet para crecer e incluso empliar las expectativas de los empleados.

Ahora que tengo mi agencia, aunque pequeña no vivo sin la red, si me quedo sin internet 1 hora me va muy mal porque siempre hay alguien que me solicita algo que encuentro aquí.

Definitivamente deberíamos imaginar por un rato al "mundo sin internet" que era antes, y pensar también que quienes dependemos de esto para trabajar tenemos que tener siempre un plan alterno.

Saludos desde Xalapa.

Mauricio Angulo S. dijo...

Gracias por los comentarios, Jones y Agie. Tienen mucha razón: deberiamos ser capaces de recordar como viviamos y trabajabamos en un mundo anterior al Internet, la Web y los blogs, esto ayuda a apreciar más lo que tenemos ahora y ciertamente (en un tono paranoico si gustan) a pensar en alternativas para cuando no tengamos salida por los canales regulares.

Nos seguimos leyendo (mientras haya Internet)