Es común escuchar aquello de 'dos cabezas piensan mejor que una' y 'tres piensan mejor que dos'. Si llevamos esta idea hacia números más grandes entonces -en teoría- pronto nos encontraríamos con un enorme cerebro comunal con un IQ gigantesco.
Ese es precisamente el tema que trata el libro de Howard Rheingold, Smart Mobs: The Next Social Revolution. Nos encontramos en un momento histórico en el que por primera vez es posible comunicar ideas, pensamientos e inquietudes de manera prácticamente inmediata desde cualquier punto del planeta hacia todo aquel que quiera escuchar, gracias a las nuevas tecnologías de información que son baratas y accesibles a casi todo el mundo. Si tengo una duda sobre algún tema -por ejemplo, alguien me preguntó hace poco ¿cuál es la temperatura en el polo norte en Navidad?- lo más sencillo es buscar en Internet y en menos de 5 minutos puedo dar con una respuesta razonablemente correcta. No hay que comprar libros, pagar a un experto ni estudiar de más: todo se limita a hacer la pregunta correcta a la gente correcta y cuando hay millones de personas dispuestas a contestar todo se vuelve más fácil. ¡Todo ese conocimiento y cultura acumulada nos hace inmediatamente más inteligentes a todos!
Otro libro que trata de este tema es The Wisdom of Crowds, de James Surowiecki. En él, Surowiecki afirma que "bajo las circunstancias correctas, los grupos son muy inteligentes y por lo general son más inteligentes que la persona más lista en el grupo". Esto choca por completo con el concepto que tenemos de los grupos de gente como "turbas iracundas y violentas" que se dejan llevar por sus emociones antes de cavilar en lo que hacen o de que el grupo están rápido como el miembro más lento. Ejemplos como el de la comunidad OpenSource o la misma gente que integra la blogósfera indican que las ideas de Rheingold y de Surowiecki son correctas.
Yo vivo a diario este tipo de dinámicas de cooperación intelectual en Webmasters México, donde personas separadas por la geografía, la edad, la formación profesional y que en la mayoría de las veces ni siquiera se conocen se ayudan y se apoyan con el único fin de compartir y aprender de la experiencia.
A nivel de blog hay muchos que son enormemente educativos y útiles, como A Caballo Artes del Libro, Solo de libros, I-hacked, OSIX y muchos, muchos más que no se tratan solo de gatos, sino que realmente aportan métodos e ideas aplicables y reales.
Lo más interesante de estas dinámicas es que en ellas el ego no tiene cabida, aunque todos los que participan lo hacen precisamente por ego. Esta aparente paradoja tiene una explicación sencilla: a todos les gusta demostrar que saben algo y se sienten retribuidos al ser reconocidos como expertos, pero en el momento que alguien intenta darse aires de de grandeza el mismo grupo lo rechaza como una influencia nociva. Como ven, participar en un smart mob es muy enriquecedor en muchos niveles.
No hay duda: vivimos en una época muy interesante.
1 comentario:
No hay de qué, mi estimado. Es un placer poder leerte (ya que no nos vemos muy seguido) y aprender un poco cada vez.
Nos seguimos leyendo.
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