Hasta hace tiempo, uno de los mejores momentos del día era cuando, temprano por la mañana, podía encontrar el nuevo ejemplar de la revista Muy Interesante en el puesto de revistas: en una época sin Internet, blogs, o Wikipedia las opciones para encontrar material fresco de divulgación científica eran escasas, y Muy Interesante era una excelente opción para encontrar desde la columna del buen Dr. Asimov hasta excelentes artículos sobre practicamente cualquier disciplina. Todavía tengo en mi estudio enmarcado el autodefinido gigante que publicaron para el décimo aniversario de la revista y que me tomó casi 4 años contestar.
¿Qué pasó con la revista? Poco a poco los artículos empezaron a perder solidez y fueron sustituidos por artículos mal redactados, sin fondo y poco actuales. Las páginas se empezaron a llenar de anuncios de videntes y líneas psíquicas... poco a poco la revista fue perdiendo lo interesante, si me disculpan por el juego de palabras, para empezar a convertirse en un pasquín que hoy en día es un hídrido bastardo entre la revista Quo y el Semanario de lo Insólito.
No deseo -por esta vez- empezar a despotricar sobre la prensa oportunista o la desfachatez de las editoriales que no tienen compromiso con la cultura o la ciencia. Muy a mi pesar entiendo que el mercado dicta el comportamiento de la industria y eso es lo triste del asunto: en México la ciencia no vende si no es amarillista y escandalosa: el lector promedio prefiere los historias sobre la mítica Atlántida, los extraterrestres grises roba-viola-mata niños o los poderes ocultos de la mente sobre ciencia real, dura y de vanguardia. Editorial Televisa se las ingenió para producir 32 páginas de basura mensual con tintes semi-intelectuales que hace que cualquiera que la ojeé se sienta 'leido y escribido' (muy culto, pues) en lo que camina de su casa al camión. Basta ver las diferencias abismales que existen entre el sitio Web de Muy Interesante en España (con dominio propio, por supuesto) contra el bodrio donde se encuentra escondida una página de la edición mexicana dentro del portal de EsMas.com, con el único propósito aparente de vender espacios publicitarios.
Afortunadamente siguen surgiendo publicaciones de divulgación científica -casi todas iniciativas de la UNAM- de muy buena calidad y que realmente espero que se mantengan, por el bien de nuestra cultura e identidad científica.
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