Un reciente post del buen RodMan en Sacred Scrolls me puso a pensar. Realmente no tenemos muchas opciones para vivir la vida, y la educación y enseñanzas que nos inculcan desde pequeños son algunas de las pocas herramientas con las que contamos para crearnos una vida cómoda y satisfactoria. Lo malo es que muchas veces esas herramientas nos las entregan defectuosas...
En la sociedad global/capitalista en que vivimos desde hace algunas décadas se predica que debemos cumplir con una cierta cuota de metas para considerarnos y que nos consideren exitosos: debemos tener tal o cual coche, vivir en tal o cual lugar, conocer ciertas cosas (libros, películas, lugares, etc.) y haber vivido ciertas experiencias -como los famosos 15 minutos de fama-. Cuando no hemos cumplido con estas expectivas sociales es cuando nos empiezan a endilgar las etiquetas de 'perdedor', 'nerd', 'inadaptado' y muchas más (créeanme, ¡las he oído todas!).
De la misma forma, durante nuestra vida profesional estamos compitiendo contra propios y extraños: por los primeros lugares en la escuela, en los concursos, por un mejor puesto de trabajo, por la amistad del jefe, por ser el más cool, el más culto, el más malo, el más chistoso, el más geek... Una de las peores experiencias con las que he tenido que lidear han sido las reuniones con ex-compañeros de la escuela donde empieza el círculo de preguntas: '¿a qué te dedicas?, ¿cuánto ganas?, ¿qué puesto tienes?, ¿conoces a fulano o a mengano de tal?'.
¿A dónde nos lleva toda esta competencia? Si Darwin no era un cretino, uno podría esperar que esta 'sana' competencia nos hiciera mejorar aspectos abandonados de nuestras vidas y nuestras personalidades para ser todos mejores, y para enviar a su propia división a los inadaptados y débiles mentales. Sin embargo, no dejo de pensar de que, como seres humanos, podemos ponernos por encima de las crueles (aunque netas) verdades de la Evolución.
¿Qué pasa si no quiero tener una vida? ¿Qué tal que no quiero competir, sino ayudar? Al demonio con los escalafones y las competencias, no tengo ganas ni tiempo de demostrar que soy mejor o peor que nadie ante ninguna persona, ni de vivir tratando de llenar las espectativas de alguien más. Sencillamente quiero tener la satisfacción de que soy la persona que quiero ser en base a mis metas personales sin sentirme otra cosa que orgulloso por mi mísmo, y si en el camino mis experiencias y tropezones le sirven a alguien más para no caer innecesariamente en los mismos errores, mejor aún.
En serio: al final de la vida no hay jueces con trofeos para los que corren tan rápido que pasan por encima de los demás, y a menos que hagamos nuestras vidas significativas para otros jamás lograremos trascender.
5 comentarios:
Santa Madre de Dracula...¿un post mio hizo pensar a alguien?
¡EL FIN SE ACERCA!
¡ARREPEINTANSE Y CREAN EN EL EVANGELIO!
(by the way, Fate...tu eres el unico de la GEEKGANG que lee mi Blog ¿o que pex?..solo veo comentarios tuyos o de gente que no conozco (que se aprecian...)
Bueno Rod, estoy seguro que toda la bola de tethos del Gang leen tu blog, sencillamente no les gusta dejar comentarios. Es lo malo de conocer puro vouyerista. Por mi parte, siempre tengo que estar opinando... (ya vez como soy).
¿Evangelio no era la palabra griega para 'desayuno'? ¡Por eso los sermones se llenaban de gente!
¿Y..? ¿que no crees en el desayuno...te saltas al "brunch"?
Apostata alimenticio...
¡Por supuesto que creo en el desayuno, especialmente si el Fin se Acerca! (y si se acerca, que traiga más café), aunque el brunch es una costumbre pagana, no me molesta en lo más mínimo.
se me figura a las reflexiones tácitas de El Principito, cuando el sólo quiere hablar de su flor y de si a alguien más le interesa su cuidado. ¡Eso, Fate! Al diablo con las patrañas de los libros de superación personal
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