Con el tiempo aparecieron los famosos libros de páginas amarillas para la la Web y como consecuencia lógica los directorios de sitios como Yahoo!, que logró capitalizar muy bien la falta de señalizaciones y mapas en Internet. Yahoo! fue creciendo hasta convertirse (bien podría decirse que creó el concepto) de portal de servicios: la página principal empezó a incluir noticias, notas sobre el clima, películas, mercado de valores, correo electrónico, foros y muchos servicios más que si no podía crear entonces los compraba, hasta encontrar un cómodo equilibrio después de que reventara la burburja .com a principios del milenio.
Y entonces apareció Google.
La enorme diferencia entre Yahoo! y Google es que para que un sitio apareciera listada en el primero era necesario registrarlo y esperar a que algún editor le diera el visto bueno. En Google esto se realiza de forma automática gracias a un misterioso algoritmo matemático de indexación a gran escala. El éxito de Google fue inmediato y menos de un año desplazó a los crawlers y directorios principales gracias a una interface limpia y rápida.
Cuatro años después podemos -paradógicamente- encontrar a Google hasta en la sopa: los cibernautas tienen a Google como su página de inicio, o como barra de herramientas en su navegador o como añadido directo al browser (en el caso de Mozilla, Firefox y Opera), y se utiliza para buscar información, noticias, traducir sitios o descargar imágenes que se administran en el escritorio con Picasa, y se puede enviar de forma directa a un blog (como este) en Blogger o a las cuentas de e-mail creadas en GMail. Se pueden publicar anuncios con AdWords, hacer amigos y comunidades en Orkut y más recientemente se puede utilizar el poder de búsqueda de Google en nuestro escritorio (si tiene Window$) con el Google Desktop, o para navegar por el mundo con la aplicación de mapas interactivos Keyhole.
Aparentemente la capacidad de innovación de la empresa de MountainView no tiene límites. Mucho se ha rumurado que Google está trabajando en un navegador (el mítico GBrowser), en un cliente de mensajería instantánea (¿un GMessenger?) e incluso un sistema operativo: el Google OS.
Claro que toda esta actividad ha puesto a los grandes jugadores del Internet a la defensiva: Yahoo! incrementó el tamaño de sus buzones de 4 MB a 100 Mb, así como anunciar una nueva y mejorada máquina de búsqueda Web. MSN anunció que pronto hará lo mismo con sus servicios de Hotmail y MSN Search.
Por otro lado, han corrido a lo largo y ancho de la Web rumores de que Google desea posicionarse como líder indiscutible de la Red a costa de la privacidad de la información de sus usuarios: que si GMail guarda correos personales después de ser borrados, que si el Google Desktop revisa los archivos de las computadoras para enviar información a algún Big Bother, que el buscador de Google es tecnología cerrada que se utiliza para excluir ciertos sitios o para recuperar números de tarjetas de crédito y contraseñas, etc, etc, etc...
Sir Francis Bacon dijo: "el conocimiento es poder". Google ha logrado capitalizar este adagio de la mejor forma posible y me parece, siempre en beneficio de sus usuarios.
La enorme diferencia entre Yahoo! y Google es que para que un sitio apareciera listada en el primero era necesario registrarlo y esperar a que algún editor le diera el visto bueno. En Google esto se realiza de forma automática gracias a un misterioso algoritmo matemático de indexación a gran escala. El éxito de Google fue inmediato y menos de un año desplazó a los crawlers y directorios principales gracias a una interface limpia y rápida.
Cuatro años después podemos -paradógicamente- encontrar a Google hasta en la sopa: los cibernautas tienen a Google como su página de inicio, o como barra de herramientas en su navegador o como añadido directo al browser (en el caso de Mozilla, Firefox y Opera), y se utiliza para buscar información, noticias, traducir sitios o descargar imágenes que se administran en el escritorio con Picasa, y se puede enviar de forma directa a un blog (como este) en Blogger o a las cuentas de e-mail creadas en GMail. Se pueden publicar anuncios con AdWords, hacer amigos y comunidades en Orkut y más recientemente se puede utilizar el poder de búsqueda de Google en nuestro escritorio (si tiene Window$) con el Google Desktop, o para navegar por el mundo con la aplicación de mapas interactivos Keyhole.
Aparentemente la capacidad de innovación de la empresa de MountainView no tiene límites. Mucho se ha rumurado que Google está trabajando en un navegador (el mítico GBrowser), en un cliente de mensajería instantánea (¿un GMessenger?) e incluso un sistema operativo: el Google OS.
Claro que toda esta actividad ha puesto a los grandes jugadores del Internet a la defensiva: Yahoo! incrementó el tamaño de sus buzones de 4 MB a 100 Mb, así como anunciar una nueva y mejorada máquina de búsqueda Web. MSN anunció que pronto hará lo mismo con sus servicios de Hotmail y MSN Search.
Por otro lado, han corrido a lo largo y ancho de la Web rumores de que Google desea posicionarse como líder indiscutible de la Red a costa de la privacidad de la información de sus usuarios: que si GMail guarda correos personales después de ser borrados, que si el Google Desktop revisa los archivos de las computadoras para enviar información a algún Big Bother, que el buscador de Google es tecnología cerrada que se utiliza para excluir ciertos sitios o para recuperar números de tarjetas de crédito y contraseñas, etc, etc, etc...
Sir Francis Bacon dijo: "el conocimiento es poder". Google ha logrado capitalizar este adagio de la mejor forma posible y me parece, siempre en beneficio de sus usuarios.
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